Museo Finca Vigía: La casa del escritor Ernest Hemingway en La Habana
La Finca-Museo Vigía, que sirvió de refugio por más de dos décadas al célebre escritor estadounidense Ernest Hemingway (1940 y hasta fecha cercana a su muerte en 1961), es uno de esos sitios de La Habana de gran interés de visitantes nacionales y foráneos. La casa fue construida en 1887 por el arquitecto catalán Miguel Pascual y Baguer, en el terreno que ocupara un cuartel de vigilancia del Ejército español.
La entonces morada del autor de “El viejo y el mar” emerge entre una exuberante vegetación de la flora y la fauna tropical - con casi cuatro hectáreas de extensión y alrededor de 517 plantas - de pinos, mangos o palmeras que imprimen al lugar un ambiente agradable y acogedor en el poblado de San Francisco de Paula, a unos quince kilómetros del centro de la Ciudad de la Habana y devenido museo el 21 de julio de 1962.
Es la primera institución creada en el mundo para divulgar la vida y la obra del Premio Nobel de Literatura de 1954. Recorrer la Finca, rodeada de terrazas que facilitan la comunicación con las habitaciones, es como volver a la época de Hemingway.
Gallardo y como en sus mejores momentos allí se puede palpar el yate Pilar, embarcación que el escritor utilizó tantas veces en su aventuras marítimas por las cayerías de los Jardines del Rey o Las Coloradas. Es una lancha, sólida y gobernable en cualquier estado del mar; tiene la popa baja y con un cilindro de madera gruesa para izar las piezas grandes a bordo. En el Pilar Ernest Hemingway se inspiró para escribir “El viejo y el mar”, “Adiós a las armas”, “Las nieves del Kilimanjaro” y “¿Por quién doblan las campanas?”, me dice el escritor cubano Enrique Cirules, quien nos acompañó en el recorrido.
Como testigo del tiempo también emerge Vigía entre las colinas de San Francisco de Paula, para guardar importantes documentos, piezas y objetos de marcado interés histórico, como santuario del Dios de Bronce de la Literatura Norteamericana.
Es una institución que auspicia el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, el cual junto al Consejo de Investigación de las Ciencias Sociales, trabaja desde noviembre de 2002, en la recuperación y digitalización de más de 11 mil misivas, folletos y libros.
Ada Rosa Alfonso, la directora, en mis reiteradas visitas me ha mostrado con orgullo la casa museo, a la que considera un gran tesoro. Me habla con pasión de la Sala Principal --con su mobiliario original; el revistero, su poltrona preferida y la alfombra de fibra que cubre el piso--, donde se recibían a los visitantes célebres que tuvo la finca; la biblioteca que guarda más de mil libros entre los que se encuentran las obras completas de Mark Twain, Honorato de Balzac, Benito Pérez Galdós, y otros clásicos de la literatura universal; y el comedor, que por su diseño y mobiliario semeja una taberna española.
También me ofrece amplios detalles del cuarto de huéspedes, que fue acondicionada por Mary Welsh; y la habitación matrimonial de la propia Mary, el principal dominio en la casa y situada en el lado opuesto al cuarto de trabajo.
Tuvimos el privilegio de subir a la torre, una construcción añadida en 1947 en el lado izquierdo del fondo de la casa. Consta de tres pisos y su altura es de 12 metros, que funge actualmente como sala de exposiciones transitorias, que incluye no sólo piezas del museo, sino también obras de artistas plásticos que buscan inspiración en la vida y obra de Ernest Hemingway.
Ada Rosa Alfonso nos narra que el tercer piso, Mary Welsh lo había preparado como lugar de trabajo para su esposo, pero Hemingway nunca escribió una sola cuartilla en ese local, sino que lo utilizó preferentemente para revisar las pruebas de galeras de sus libros u otros menesteres.
La guía de la Finca Museo explica cada una de los detalles del esplendoroso sitio y se detiene en el Bungalow, destinado a los hijos del escritor cuando venían de visita a Finca Vigía. Su interior fue decorado por Mary Welsh según el gusto de los jóvenes. Explica que allí se hospedó Adriana Ivancich, la joven condesa italiana que Hemingway convirtió en un personaje de la literatura a través de Renata en su novela “A través del río”.
Los turistas estadounidenses son los que más visitan la Finca Vigía, interesados en la vida de uno de sus más ilustres escritores de la literatura universal. Muchos expresan su deseo de concurrir en el Coloquio Internacional Hemingway, que se desarrolla cada dos años en La Habana.
Imágenes de la Casa Museo de Finca La Vigía
Autor: Lazaro David Najarro Pujol
Fecha: Enero 4, 2011