Autor: Lázaro David Najarro Pujol
Fecha: Septiembre 15, 2010
Actualizado: Febrero 6, 2020
La tradición en la fabricación del taburete en Cuba se estaba desterrando con la introducción de muebles modernos, algunos diseñados en el país y otros importados. Pero la construcción del taburete nuevamente comienza a aparecer, porque nadie duda de la comodidad, estética y durabilidad de ese asiento utilizada desde el año 1600 en bohíos e incluso en suntuosas mansiones de los campos de la isla.
El tabaquero cubano Alejandro Robaina (fallecido recientemente), solía sentarse en un taburete pegado a la pared, con los pies acomodados en el travesaño del frente y gesto de dulzura disfrutando a plenitud de un puro hecho a mano y cosechado en su propia vega, allá en la Finca El Pinar, en la Baracoa de Vueltabajo, en el macizo de San Luis; puro que lo catapultó a la fama internacional y que se elabora en la fábrica H. Upmann, una de las más antiguas y famosas de la isla.
No puedo asegurar si la imagen del campesino jaranero y de sonrisa profunda que transpiraba su rostro, no obstante sus nueve décadas, era por el aroma del tabaco o la satisfacción por el asiento. Pero el Veguero Mayor (imagen del tabaco cubano en el ámbito universal), sabía apreciar el valor de esos muebles tradicionales preferido por los hombres en las campiñas cubanas.
El taburete y los sillones de mimbre eran parte imprescindible del mobiliario de aquel hombre sencillo, aquel guajiro bonachón visitado por personalidades como Ricardo Arjona, Swing y Gerard Depardiu. También agasajado por embajadores, empresarios, presidentes, y hasta por la propia Premio Nobel de Literatura, la sudafricana Nadine Gordimyer.
De igual forma una muestra de taburetes ocupa un área importante en la Salas de mobiliario del Museo de Arte Colonial, en la Plaza de la Catedral en La Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad, porque constituye ejemplo en la sillería, entre los siglos XVII y XVIII, al devenir mueble típico del campesinado cubano.
Consciente del valor cultural del taburete, en la ciudad de Camagüey un pequeño colectivo de carpinteros y maestros de la talabartería, perteneciente a la Empresa Provincial de Flora y Fauna, evocando la premisa de que “basta una idea y los deseos de hacer algo maravilloso en cuero para que Osmin lo ponga en tus manos”, se unió para fabricar esos asientos cubanos, destinados a las cooperativas campesinas, centros laborales… La estructura de la pieza es de Roble o algarrobo, con el asiento y respaldo de piel de cuero de res. La madera es recuperada de los árboles derribados por huracanes y otros fenómenos atmosféricos.Esos creadores, dirigidos por la ingeniera Mercedes Casas Montenegro, están preparados para elaborar piezas de calidad y estética; capaces asimismo de satisfacer el gusto de los más exigentes. Los taburetes los pueden solicitar los clientes con la estampa que identifique la entidad.
El establecimiento, de nueva creación, reúne a los mejores especialistas de la talabartería en la Ciudad de los Tinajones, según manifestó Mercedes Casas Montenegro. Los 7 trabajadores son entusiastas y dan rienda suelta a la imaginación para que el Taburete cubano, símbolo de las raíces «guajiras», vuelva los hogares rurales camagüeyanos, centros recreativos, y turísticos y, en general, en sitios que evoquen la cultura campesina de la Perla de las Antillas.Autor: Lázaro David Najarro Pujol
Fecha: Septiembre 15, 2010
Actualizado: Febrero 6, 2020