Autor: Lazaro David Najarro Pujol
Fecha: Julio 15, 2009
Actualizado: Febrero 6, 2020
"El parque más popular de la ciudad: el Salvador Cisneros Betancourt, es uno de los lugares que más historia expresa por la arquitectura que le rodea".
En la ciudad de Nuevitas, en la península de Guincho, a 75 kilómetros al norte de Camagüey, la capital provincial, dio origen la villa de Santa María del Puerto del Príncipe. Nuevitas es actualmente una de las comarcas más importantes de Cuba por su actividad comercial e industrial.
La centenaria comarca que por su tamaño es la menor de los municipios agramontinos, tiene actualmente una extensión de 415.34 kilómetros cuadrados y una población de alrededor de 47 mil habitantes, al cierre del año 2018.
La villa de Santa María del Puerto del Príncipe, se asentó inicialmente en Punta del Güincho, en la norteña Bahía de Nuevitas, según un plano encontrado en el Archivo General de Indias, aunque aparece además los nombres de Pueblo Viejo y Valle del Chorrito de “Lázaro Pinto”, al este de la actual ciudad de Nuevitas, confirmado también en documentos del siglo XVIII. Desde el asentamiento se podía observar el mar.
Explica Losvany Hernández Mora, Arqueólogo especialista del Centro de Investigaciones de Medio Ambiente de Camagüey, que el sitio original se encuentra al sur de la península de Pastelillo, en el perímetro septentrional de la bahía, a unos 3 kilómetros de la ciudad. Se yergue en un pequeño valle de unos 200 metros de ancho y 400 de fondo, abierto al mar por el sur entre las alturas del Vigía al oeste y la del Fuerte El Soberano por el este, las que cierran el valle en dirección norte.
Ha quedado demostrado también, a través de la Arqueología, que el Guincho se corresponde como el primer asentamiento de Santa María del Puerto del Príncipe, una de las primeras siete villas cubanas, fundadas en el proceso de conquista y colonización de la Isla a principios del siglo XVI.
Jorge Juárez Cano, en su libro Apuntes de Camagüey, asegura que ese día: «... llegó el teniente Ovando y su pelotón de jinetes a punta del Güincho, Nuevitas, y momentos después, por rara coincidencia, arribaba al mismo punto el bergantín del gobierno, procedente de Baracoa, con el resto de los castellanos destinados allí por Velázquez. Desembarcaron éstos y reunidos todos y bajo la misma cruz que allí plantó el Almirante el 18 de Noviembre de 1492, se procedió a la fundación de la villa, con el ceremonial de costumbre.
«Inmediatamente el heraldo del teniente Ovando leyó el bando o pregón del gobernador general, en NOMBRE DEL REY; dicho oficial declaró instalado el Ayuntamiento, compuesto del alcalde, dos regidores, alguacil y escribano; anunció la instalación de la Parroquia, y de los oficiales reales que eran: contador, tesorero, factor y vendedor, y avisó por tres veces, que se iba a fundar allí una Villa que «DEMANDABA OPOSICIÓN, EN NOMBRE DEL REY».
«Visto que nadie se opuso a las pretensiones del teniente Ovando, éste declaró fundada la Villa del Puerto del Príncipe, por su Ayuntamiento, Párroco y Oficiales Reales, los ya nombrados, y por vecinos a todos los presentes, mandando que las autoridades, clérigos y oficiales reales tomasen inmediatamente posesión de sus cargos y jurasen ante el escribano el fiel cumplimiento de sus obligaciones y deberes para con la Villa, "E CON EL REI" y cada uno ocupó su puesto ».
Pero, según algunos autores, la zona estaba infectada de mosquitos y el agua no era abundante. Como consecuencia de estos inconvenientes geográficos, los habitantes se vieron obligados a buscar un lugar más adecuado y, en el propio 1516, la villa se establece en el cacicazgo de Caonao, a la orilla del río del mismo nombre.
La historia de la demarcación comienza cuando Cristóbal Colón, en 1492 divisa, probablemente en el mes de noviembre, durante su primer viaje, la gran bahía de lo que hoy se conoce como Nuevitas, mientras que en 1514 Don Diego de Velázquez intentó fundar una población en el lugar visitado por Colón pero las duras condiciones naturales no resultaron propicias.
Se asegura que la fecha de su fundación data de 1775 y cinco años más tardes, en 1780, deviene puerto de cabotaje y en 1783 contaba con aduana, aunque obtuvo el título de ciudad en 1886. Posteriormente se erigió un portezuelo en el estero del Bagá, con su correspondiente villorrio; y en 1789 comienza a fomentarse, en el estero de Ginferrer, en la ensenada del Guincho, otro asentamiento poblacional.
Pero, en 1801 los ingleses atacan el Bagá; más tarde, en 1817, se "funda" el pueblo del Bagá, que al año siguiente se declaró colonia. En el propio año se crea también San Miguel de Nuevitas. En ambos casos, contribuyeron a poblarlos inmigrantes de la Florida y Nueva Orleáns, hasta que son arrasados, en 1821, por una tormenta y muchos de sus pobladores se trasladan a la ensenada del Guincho.
En 1824 Pueblo Viejo recibe el nombre de Caridad del Guincho y San Fernando de Nuevitas, indistintamente.
El 28 de Febrero de 1828, el Capitán General de la Isla decretó que el Ayuntamiento radicara precisamente en aquel sitio. Pueblo Viejo sucumbió definitivamente. En 1878, se cristianizó en término municipal de la recién creada provincia de Puerto Príncipe.
Después de 1959 Nuevitas recibió el nombre de Ciudad Industrial. Se construyeron importantes centros económicos. La pequeña ciudad portuaria comenzó a crecer con los microdistritos, las empresas de Fertilizantes Nitrogenados (EFRO) y de Producción de Alambres de Púa y Electrodos, la Fábrica de Cemento, la Termoeléctrica, entre otros.
Todo un atractivo para pobladores y visitantes foráneos es su bahía, una de las más grandes del país, en la se alzan, tres islotes dispuestos por la naturaleza como centinelas, bautizados como "Ballenatos" por su forma de ballena, donde viven y se desarrollan cientos de iguanas, al igual que la Anoris ballenatus, especie de lagartija única en el mundo, cuyo rabo semeja la hoja fina y alargada de una planta.
Nuevitas es muy conocida en el mundo, además de su historia, por el Polo Turístico de Santa Lucia, ubicado a 72 kilómetros del centro de la ciudad industrial. Es uno de los balnearios más hermosos del país, entre palmeras y la armoniosa combinación de aguas de color verde esmeralda y blanquísimas arenas. Se distingue por hoteles como "Hotel Club Amigo Mayanabo", "Hotel Club Amigo Caracol", "Hotel Club Amigo Santa Lucía", "Hotel Oasis Brisas". En este sitio se desarrolla el Festival Playa Santa Lucía, el cual se celebra anualmente en el mes de febrero, promoviendo de esta forma la cultura popular tradicional con la de otros países.
La vieja ciudad de Nuevitas se distingue por múltiples elementos arquitectónicos, especialmente del eclecticismo, heredero directo del neoclasicismo. Junto a sus columnas predominantes sobresalen los hermosos vitrales, con su decoración vítrea y multicolor radicular que adornaban los arcos de medio punto predominantes en los principales edificios de los tiempos fundacionales.
Se combinan su escasa carpintería con elementos de cristal que les hacen exhibir una imagen elegante en tanto utilitaria, que junto a los marcos, las verjas y balaustradas contribuyen a la preservación de los cristales.
Los añejos edificios, de finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX, se diferencian por las puertas altas, generalmente de cedro o roble tributan una inigualable distinción a la urbe que desde varios puntos se aprecia la bahía. Es una tiene su trazado de calles sobre lomas que permiten la visualización de largas extensiones de tierra.
El parque más popular de la ciudad: el Salvador Cisneros Betancourt, es uno de los lugares que más historia expresa por la arquitectura que le rodea. Muy próximo está el edificio de gobierno y la iglesia católica de imponente belleza ecléctica.
Los parques del Centro Histórico y de la zona moderna se embellecen con diversas ceibas centenarias y abundantes jardines, estos últimos especialmente en las aceras de la calle Martí que comienza desde el Astillero y culmina en la Alameda. Esta vegetación en zonas urbanas se acrecienta con pequeños bosquse que se encuentran en el centro de cada manzana y que poseen un número importante de especies.
Autor: Lazaro David Najarro Pujol
Fecha: Julio 15, 2009
Actualizado: Febrero 6, 2020